martes, 19 de abril de 2016

Conexión contra desconexión

La nueva plataforma digital provoca cambios drásticos en las relaciones humanas; nos acerca socialmente y acelera la eficacia profesional, aunque también nos preguntamos: ¿no estaremos más conectados al mundo digital y a los demás, pero menos al mundo real y a nosotros mismos? Un sinfín de posibilidades informativas, productivas y de ocio nos arrastran al solitario e introspectivo océano del big data,enmarcado por una pantalla de cinco pulgadas. El poder de atracción del “infoentretenimiento” es exageradamente persuasivo y puede que esta sea una razón por la que, en Asia, se han puesto en marcha diversas campañas contra el abuso delsmartphone por parte de los usuarios. Resulta desconcertante la fotografía histórica de toda una generación dirigiendo su mirada hacia abajo; hacia sus manos. Es así como los esporádicos “lazos sociales débiles” desaparecen y evitamos, por ejemplo, la conversación que nos ofrecía aquella anciana en el autobús. Perdemos la oportunidad de descubrir nuevas perspectivas y entramos en el deshábito de lo que nos hacía seres sociales. El lenguaje verbal y no verbal, el contacto físico y visual in situ están en guerra abierta contra el mensaje textual, el emoticono y el selfie. ¿Cómo arbitrar y gestionar este inevitable conflicto?.

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